miércoles, 9 de junio de 2010

Propuesta de Mejora: Realidad de la escuela

MODELOS Y TÉCNICAS MOTIVACIONALES EN LA ENSEÑANZA (REALIDAD EN LA ESCUELA SECUNDARIA TECNICA NO. 100)

Como ya se mencionó se asistió a dos salones de 3º, los cuales fueron el salón de 3ºA con 37 alumnos y el 3º B con 33, de la Escuela Secundaria Técnica no. 100 a aplicar el Instrumento para medir la motivación en el estudiante.

Se observó que los salones son demasiado amplios para los alumnos, se dispersan demasiado por el salón, no tienen un acomódo de las butacas, ya que están en grupos, en círculos, cada quien con su cual, sin un orden que obedecer, de hecho cuando fuimos a impartir el instrumento, acomodamos las butacas en media luna, para así poder tener una mejor vista e impartición del tema de motivación, pero llegando los alumnos a sus salón empezaron a acomodar sus butacas como quisieran, y les dimos la orden de dejarlas como estaban, para lo cual a ellos se les hiso muy extraño, posteriormente se les menciono porque del acomodo.

Los maestros mencionaron que mucho de la falta de motivación, es el resultado de su medio social y familiar, ya que muchos de estos alumnos trabajan por las mañanas, tienen muchos problemas familiares y económicos, por lo tanto su mente viene dispersa, pensando en el dinero y la familia.

Los resultados del instrumentos y de la observación en conjunto, resaltan que a estos alumnos les interesa ir a la escuela, pero no se esfuerzan en mejorar en sus calificaciones, ni esforzarse para sacar adelante sus materias; sus motivos de estudio son ir con los amigos, salir de su casa, estar en otro tipo de ambiente, hacer relajo, tal como ellos lo mencionaron.

EXPECTATIVAS REFERENTES AL CONTEXTO DEL APRENDIZAJE:

El aula es el ambiente donde se desarrolla el aprendizaje. El aula y la situación de clase con el contexto próximo, aunque como se puede ver, hay otros contextos más distantes como el estilo de la institución de la instrucción escolar, el clima familiar y el medio social.

El medio social se construye por las comunidades de convivencia más amplias y difusas como el país, el pueblo, el barrio, el grupo de amigos que tiene un poder determinante por la tradición, el sistema de valores y el político, el desarrollo económico, el nivel cultural, la influencia de los medios de comunicación y las actividades hacia la escuela y el aprendizaje. El mayor o menor nivel motivacional del alumno hacia el estudio o el saber esta frecuentemente condicionado por esa influencia ambiental genérica. Esto es más evidente en los niveles escolares no universitarios, por ejemplo, cuando se trata de alumnos de zonas rurales o de barrio marginales.

El ambiente familiar por un lado refleja el ambiente social, y por el otro posee características propias como el nivel económico-cultural, la valoración del aprendizaje y el clima de armonía y adaptación, que influyen en las actitudes académicas.

Las instituciones escolares también tienen su personalidad propia, tales como escuelas prestigiosas, han logrado un prestigio tal que ser alumno en estas instituciones no solo repercute motivacionalmente por la posible calidad de la enseñanza, sino también por lo que suponen socialmente.

El contexto más inmediato, el aula en la situación de clase, hay que destacar el ambiente físico y el social. Las condiciones físicas del aula influyen en la actitud por saber. No es igual un aula de grandes dimensiones, que una pequeña y acogedora. No es lo mismo un aula en la que los pupitres se disponen de forma circular, propinando el dialogo, que una cuyos pupitres estén alineados unos detrás de otros. Tampoco es igual un aula vieja, sucia, destartalada, sin decoración o ruidosa que un salón de clases agradable y acogedor. Todos estos aspectos influyen de alguna forma en el aprendizaje.

El ambiente social del aula lo crea en buena parte el profesor. Sin embargo también está condicionado por las características del grupo de alumnos. En la medida en que los grupos son más pequeños, como en el caso de una clase de 30 alumnos, la influencia de dos o tres personas se hace notar más. Puede ocurrir que los líderes se caractericen por un interés hacia el saber, o por su actitud positiva hacia la institución escolar, lo cual contribuye a que el grupo se vea alentado positivamente. Pero también puede ocurrir lo contrario. La actitud negativa o apática del líder suele ser una fuerte interferencia para que la clase desarrolle actitudes favorable hacia la materia.

Propuestas de estrategias instruccionales para la realidad de la escuela:

Hay muchas limitaciones para que la enseñanza influya en el ambiente lejano. En este sentido, las estrategias que se pueden desarrollar son de tipo indirecto. Ofrece más posibilidades el “arreglo” del ambiente próximo al aprendizaje. De cualquier manera, sugerimos algunas que pueden estar al alcance del profesor.

a. Vincular la enseñanza con los ambientes de procedencia de los alumnos.
b. Reducir el grupo de alumnos por clase y distribuir sus asientos de manera que estimule la interacción entre los alumnos y de estos con el profesor.
c. Atender de un modo especial a los alumnos que se ubican hacia el fondo de salón de clases, procurando su participación y preocupándose por garantizar que sean audibles las intervenciones de los que se sientan en la parte delantera del aula, cerca del profesor.
d. Además de que en la clase debe dominar un ambiente de trabajo y de interés académico, es conveniente crear situaciones de distensión y de buen humor.
e. Considerar y estimular a los líderes, siempre de acuerdo con un ambiente de sinceridad, sin preferencias, para que desarrolle actitudes positivas hacia la materia y su aprendizaje.
f. Fomentar los trabajos por equipos y las dinámicas de grupo.
g. Considerar y orientar a los alumnos que se sienten más desplazados o rechazados en el grupo.
h. Desarrollar expectativas positivas respecto de la clase en el grupo y valorar adecuadamente sus actitudes.

Es conveniente promover un curso-taller donde se establezcan estos puntos:

1. ¿Cómo un estudiante elige un hábito de estudio?

Se debe tener en cuenta esto:

• Organiza las tareas del día.
• Una vez que establezcas el horario, trabaja por cumplirlo.
• Escoge un lugar tranquilo y silencioso para estudiar.
• No dediques más de 90 minutos al estudio de la misma materia.
• No planifiques el estudio inmediatamente después de la comida, espera al menos hasta 30 minutos después.
• Permítete un día libre a la semana y sé tu propio supervisor.
• Cultiva la persistencia y la disciplina sin llegar a imponer la rigidez como método.
• Estudia, sobre todo, por tus libros de texto.
• No memorices, razona, intenta explicar las respuestas más repetirlas mecánicamente.
• No seas finalista. Si vas incorporando los conocimientos en la misma medida en que los maestros los van indicando, no necesitarás grandes maratones de estudio antes de los exámenes y el aprendizaje será mucho más eficiente.
• Estudia primero en solitario y cuando tengas vencido los objetivos principales, hazlo en colectivo.

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